La genealogía reconstruye historias y ayuda a probar la ascendencia portuguesa
La investigación genealógica ayuda en la recuperación de partidas de nacimiento de antepasados de Portugal. El documento es el principal requisito para que los nietos brasileños de portugueses soliciten la doble ciudadanía.
Un viaje en el tiempo para reconstruir las trayectorias de los inmigrantes que desembarcaron en Brasil hace siglos, se ha convertido en la clave para acceder a los derechos inherentes a la descendencia. Con la investigación genealógica, que estudia la evolución de las relaciones de parentesco, los herederos portugueses pueden recuperar los documentos históricos necesarios para el proceso de doble ciudadanía.
El descubrimiento del año y lugar de nacimiento de su abuelo, en Portugal, fue fundamental para que el economista Jefferson de Freitas probara su ascendencia portuguesa. La búsqueda comenzó con el nombre de su abuelo, Arthur de Freitas, que figuraba en su partida de nacimiento. Usando tecnología para cruzar datos de referencia, investigadores de Lisboa descubrieron que Guimarães era la ciudad natal de los portugueses, que se mudaron a Brasil en el siglo XIX y formaron una familia en São Paulo.
A partir de ahí, con la emisión de la segunda copia del acta de nacimiento, logró iniciar el proceso para la atribución de la ciudadanía portuguesa y ahora se espera el resultado. En Brasil, hay cerca de cinco millones de nietos de portugueses, según una encuesta de comunidades portuguesas. El especialista en genealogía e investigador de Martins Castro, consultora en movilidad internacional, Gabriel Dias, cuenta que, a lo largo del siglo XIX, entre 1890 y 1920, hubo un fuerte movimiento migratorio desde Portugal hacia Río de Janeiro, São Paulo, Pará y Río de janeiro Gran Sur.
Los portugueses llegaron a territorio brasileño sin actas de nacimiento y pocos tenían pasaporte. Otro factor que dificulta la búsqueda documental de estos familiares es el hecho de que hasta 1911 no existía el registro civil en Portugal y los nacimientos y bautizos eran realizados por la Iglesia Católica, en parroquias de todo el país. Dias comenta que, por lo tanto, es común encontrar brasileños de ascendencia portuguesa que no pueden acreditar su ascendencia por falta de documentación. “Muchos saben que los abuelos son portugueses, pero como esos documentos ya no están en poder de las familias, no pueden tener constancia documental del lugar de nacimiento del emigrante. Y eso perjudica a quienes buscan la doble ciudadanía”.
La ley de nacionalidad en Portugal otorga a los nietos de portugueses, con al menos un ascendiente portugués de segundo grado en línea recta, el derecho a solicitar la atribución de nacionalidad. Pero se deben cumplir los requisitos. Con formación en registro y notario, la abogada portuguesa especializada en derecho de nacionalidad, Isabel Comte explica que el certificado de nacimiento del ascendiente portugués es el documento principal para un proceso de nacionalidad. Sin probar el origen del familiar en Portugal, no es posible presentar una solicitud al gobierno portugués.
Para aquellos que no tienen acceso a los documentos originales de los familiares, Dias dice que la tecnología ha ayudado a los investigadores de genealogía a recuperar esta información. Forma parte de un equipo de estudio que ha montado una base de datos con más de un millón de metadatos, lo que ha facilitado la búsqueda de documentos históricos.
Según el genealogista, la alta movilidad de los portugueses generó un conjunto de notas en las administraciones públicas tanto de Brasil como de Portugal. Actualmente, estos documentos se encuentran dispersos en varios lugares de ambos países y muchos descendientes no pueden localizarlos sin soporte técnico. “Lo que hemos estado haciendo es explorar qué registros son, dónde están y luego transformarlos en datos. Hay mucha información y de diversa naturaleza, por lo que se necesita investigación y el uso de la tecnología para entenderlos. Y, de ahí, constituir la prueba genealógica para que la persona pueda hacer valer sus derechos”.
Isabel Comte comenta que la búsqueda de la ciudadanía portuguesa creció durante 2020 cuando el gobierno portugués aceptó más de 20.000 solicitudes, según el Servicio de Extranjería y Fronteras (SEF). La movilidad segura por el mundo, según el abogado, es uno de los principales beneficios de la doble nacionalidad.
Ella dice que Portugal es un país con buenas relaciones internacionales y, como miembro de la Unión Europea, los ciudadanos portugueses tienen derecho a moverse libremente, trabajar, estudiar y jubilarse en cualquier país del bloque. “Incluso, tener un pasaporte portugués abre muchas posibilidades en otros países, como Estados Unidos, Australia y Japón”, dice, recordando que los ciudadanos brasileños que tienen acceso a la doble ciudadanía también pueden transmitirla como herencia a sus hijos. .
Publicado en Portal Terra
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