“Decenas de miles de argentinos sefardíes podrían acceder a la nacionalidad portuguesa”
El fundador y CEO del estudio jurídico Martins Castro es uno de los principales promotores del derecho que tienen los descendientes de judíos sefardíes en Latinoamérica para tramitar la nacionalidad portuguesa. En Argentina se calcula que hay más de 50 mil personas que puede acceder a este beneficio. Conocé los detalles en esta entrevista con Perfil.com
Es un derecho que muchos desconocen: en caso de cumplir ciertos requisitos particulares, los judíos sefaradíes argentinos y sus descendientes pueden obtener la nacionalidad portuguesa y acceder así a un pasaporte de la Comunidad Europea sin renunciar a la ciudadanía de nacimiento. La posibilidad está basada en la Ley Orgánica N ° 1/2013 y el Decreto Ley 30-A / 2015, promulgados por el Estado de Portugal en el año 2015 como el puntapié de una profunda reparación histórica. Además de significar una reparación histórica para la comunidad, Portugal tiene otros motivos para abrir las puertas del país a los descendientes de quienes alguna vez habitaron sus tierras: atraer personas con títulos y calificación al país en búsqueda de progreso. Genealogistas expertos aseguran que alrededor de 50.000 personas residentes en Argentina podrían beneficiarse de este derecho, de comprobarse su ascendencia sefaradí. Perfil.com dialogó con Renato Martins, abogado experto en derecho y movilidad internacional y uno de los actores fundamentales en la promoción del derecho de los descendientes de judíos sefaradíes latinoamericanos a obtener la nacionalidad portuguesa. Además de ser abogado, Martins realizó un Máster en Derecho Administrativo por la Universidad de Lisboa, Posgrado en Relaciones Internacionales en la Universidad de Lusófona. Para el experto, “en Latinoamérica veo que preocupa mucho la inseguridad, la violencia urbana es un tema muy presente, y Portugal es el segundo o tercer país más seguro del mundo. Ese es uno de los factores que llebvan a muchas personas a desear vivir allí”, explica.
¿En que consiste esta iniciativa de invitación a la comunidad judío sefardí para poder tener la facilidad de ingresar a Europa?
Primero, en un factor histórico. Se denomina sefardíes a los judíos que habitaron la zona de la Península Ibérica, y que se entendieron como una comunidad distinta de la asquenazí. En 1492, la Reina Isabel de Aragón de España expulsó a todos los judíos del territorio español, y muchos se fueron para Portugal. Pero luego convenció a Don Manuel, el rey de Portugal, de hacer lo mismo. Manuel optó por hacer algo distinto:”“convirtió” a las personas que eran judías en el territorio portugués, diciendo “a partir de hoy todos los judíos que se quedan, son cristianos”. Así se creó una nueva categoría: los “cristianos nuevos”. Los que no querían ser denominados así o querían libertad de culto, tuvieron que salir en diáspora. Así salieron al norte de África, a Sudamérica y a países del norte de Europa. Este es el contexto histórico que intenta reparar la ley que otorga la nacionalidad portuguesa a los sefardíes y entró en vigencia en Portugal y España. Los dos gobiernos lo hicieron como un acto simbólico. En 2015, Portugal pasó a conceder la nacionalidad. A través del decreto 30 de 2015, se da la posibilidad de otorgar la nacionalidad a los judíos que quieran retornar y volver a conectarse con este origen.
Además de ser una oportunidad, es una “reparación histórica”…
Sí, el primer punto es que es una reparación histórica. Es un reconocimiento del Estado portugués del error hisórico de expulsar a los judíos de su tierra. Portugal tiene un centenar de años antes del Estado portugués, y muchos judíos ya residían allá, trabajando en comercio internacional y otros rubros.
¿Cómo inicia el proceso alguien que está interesado desde Argentina?
Nosotros siempre hablamos de tres pasos. El primero es identificar la ancestralidad sefardí. Aquí tenemos dos casos: por un lado, las personas que ya participan de la comunidad sefardí, por otro, las personas que no necesariamente se identifican con la cultura sefardí pero tienen algún ancestro. En este segundo grupo hay judíos pero también personas que dejaron de profesar la religión. No hay límites de generaciones para identificar a ese ascendente sefardí que pertenece a tu linaje: puede ser tatarabuelo, o incluso una cuarta o quinta generación hacia arriba. El segundo paso es enviar la documentación que prueba este vínculo a la comunidad israelita de Portugal. Esta instancia es un requisito para la última etapa que es el pedido de nacionalidad ante el Ministerio de Justicia de Portugal. Al final de la tercera etapa es posible tramitar el pasaporte y vivir allá. Y así, ya no se es solamente un portugués, sino un ciudadano que puede transitar por los restantes países de la Unión Europea.
¿Qué número estimado de personas en Argentina tienen esta posibilidad?
La comunidad judía en Argentina se estima en 180 mil personas. Entre un 25 a un 35% de este número son sefardíes, por eso hablamos de más de 50 mil personas con la posibilidad de obtener la nacionalidad. Pero no consideramos a este segundo grupo que son los descendientes de sefardíes que ya no tienen una conexión directa con el judaísmo. Sobre este grupo no podemos estimar un número, sería irresponsable darlo, pero eso explica por qué hablamos de muchos más de 50 mil. Decenas de miles de argentinos sefardíes podrían acceder a la nacionalidad portuguesa.
Para la persona que quiere acceder al derecho, ¿es costoso el trámite?
Hay dos costos que afrontar. Uno es el de las tasas oficiales, esto es: la tasa de las comunidades israelitas y la del proceso de nacionalidad que cobra el gobierno portugués. Por otro lado, están los honorarios de los abogados.
¿Los tiempos del trámite cómo se calculan?
Se estima como de 20 a 24 meses todo el proceso, las tres etapas.
¿Cómo se distribuye la comunidad de judíos sefardíes en Latinoamérica?
Las comunidades se dispersaron por toda la región, en distintos países y zonas. Si hablamos de México, por ejemplo, en el norte hay muchos descendientes. Si vamos a Brasil, se encuentran en el noroeste. En Colombia, en la región de Medellín y Antioquia. En Argentina, las comunidades sefardíes más importantes están en Buenos Aires y en el interior, en provincias como Santa Fe, Mendoza, y Córdoba, entre otras provincias. El hecho de que existan muchas comunidades en el interior tiene una explicación histórica: la Inquisición portuguesa y española buscaba a estas personas para procesarlas, juzgarlas, torturarlas, por eso muchas personas se quedaban en comunidades más lejanas a los grandes centros. Hay núcleos sefardíes por toda Sudamérica.
¿Cómo están llevando adelante este trabajo desde el estudio en toda la región?
En Brasil y en México llevamos más tiempo trabajando. En Argentina recién estamos desembarcando, llegué hace unos días para empezar a estrechar lazos con las comunidades y explicar el proceso para quienes tengan interés. Portugal hoy es el único país que reconoce este derecho y sigue dando la nacionalidad a los sefardíes, ya que España derogó la ley similar el año pasado.
¿Qué oportunidades ofrece Portugal para una persona que quiera hacer una experiencia?
En Latinoamérica veo que preocupa mucho la inseguridad, la violencia urbana es un tema muy presente, y Portugal es el tercer país más seguro del mundo. Este es un atractivo para los latinoamericanos. El segundo tema es la educación, dado que tiene un nivel educacional muy bueno, al nivel del de Francia y de España, y económicamente accesible. Con el pasaporte podés acceder a estas universidades y a los centros de formación al mismo costo que un portugués nacional. El tercer punto atractivo es que un pasaporte portugués ubica a quien lo posee como un europeo, y este puede beneficiarse de las relaciones diplomáticas europeas. Esto posibilita a su vez acceder a Estados Unidos con programas diferenciales para europeos, también a Australia y a Nueva Zelanda.
¿Desde cuándo se especializa en Derecho y Movilidad Internacional?
Hice una Maestría en Derecho Administrativo y estudié la ley de Movilidad desde el punto de vista de la administración portuguesa. Pude vivir en España, Francia e Inglaterra y a partir de esas experiencias empecé a aprender sobre trámites de migración y a desarrollar una sensibilidad para con ese tema. En 2016, cuando empecé a actuar profesionalmente, me llegaron casos de sefardíes que buscaban aplicar a la nacionalidad portuguesa. Así empecé a especializarme en este tema, y uno de los primeros latinoamericanos en recibir el pasaporte portugués fue cliente mío: un brasileño que tuvo mucha repercusión en los medios.
¿Cuáles son las consultas más frecuentes que recibe?
En general hay muchas dudas en relación a los requisitos para la obtención de la nacionalidad. Muchos creen que sólo los sefardíes practicantes tienen derecho a ella. Y la posibilidad es también para los que tienen ascendencia sefardí pero ya no son judíos. Eso es importante decirlo. También hay dudas en relación a la edad en que puede comenzarse el trámite, y sobre quién puede sacar o no la nacionalidad. No hay límites de concesión de nacionalidad desde el punto de vista de la Constitución argentina y portuguesa, pero el trámite pueden iniciarlo únicamente mayores de edad. Claro que, en caso de que los padres hayan obtenido el pasaporte, pueden pasárselo a los hijos. Otra pregunta frecuente tiene que ver con el lugar en que se lleva adelante la gestión: ¿hay que ir a Portugal a completar algún formulario, a presentar algo? La respuesta es “no”. Todo puede hacerse desde el país de residencia. Con poder, nosotros como abogados podemos ocuparnos de todo a distancia.
¿La pandemia modificó en algo el trámite?
En absoluto, sigue igual. La pandemia solo cambió un poco el panorama en tanto trajo más preocupaciones, pero a nivel práctico no ha cambiado nada. Los trámites en Portugal se mueven bien, no hay problemas con las gestiones.
¿Por qué le resulta tan importante, como abogado, que la gente conozca este derecho?
A mí me quita el sueño que la gente esté al tanto de los derechos que tiene. Hagan el trámite con nosotros o no, yo siento que cumplimos una función institucional muy importante, la de informar a muchos descendientes de sefardíes que poseen este derecho. Esta ley cambia vidas, amplía derechos. Hoy se habla de las primeras generaciones “planetarias”, que ya no tienen un solo lugar de residencia, y una ampliación como esta es muy importante para que esas generaciones posteriores puedan moverse por el mundo de forma más libre. Mi trabajo es ayudar a personas que quieren soñar con hacer experiencias en nuevos lugares, ampliar su libertad: eso es lo que me mueve como profesional.
Entrevista publicada en Perfil.com
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